¡¡Puxa Brañella!!

Volvimos de Brañella...y no solo volvimos sanos y salvos, si no que volvimos con una cara de felicidad que tardará mucho en quitarse. Bueno, en algún caso disimulabamos esa cara bajo una de cansancio total, pero ese sí que ya pasó.

Lujo de día, de ruta, de ambiente...y sumemosle todas las frases tópicas que puedan existir cuando uno termina una ruta/marcha, y que en este caso son más que verdad.

El día comenzo temprano, ya que siendo la entrega de dorsales sobre las 9, madrugamos un poco más para unirnos a los compañeros de Caleyando pel Nalón y Xente les Kuenkes tomando un café con octanos, que dicen algunos.

Así, los tres "llangreanos" presentes llegamos de la mano de estos dos grupos a la salida en el polideportivo de El Entrego, donde ya se comenzaba a vivir el ambiente.

Tiempu pa charrar un puquiñín y tras les indicaciones de Nori por el megáfono, cientu y picu "beteteros" partimos por el paseo de la Hueria en dirección a La Huerta.

Alguna avería temprana y la diferencia de ritmos hace que no sintamos sensación de aglomeración por la senda, cosa que cambiará un poco cuando el hormigón se transforma en tierra y piedra y el llaneo en dura subida.

Dura subida ya en dirección Brañella que unida a lo angosto del camino, hace a la mayoria echar pie a tierra en algún momento de la misma. Disfrutamos de la sombra y del terreno y unos cincuenta minutos después de tomar la salida, llegamos al prau la fiesta, lugar idóneo para el primer avituallamiento.

Y tras el mismu,el pelotón continua la ruta disfrutando plácidamente durante varios minutos del senderín en ligero descenso que por les proximidades de la mina La Quemá nos acercá a la primera subidona del día.

Subida muy técnica en su primera parte, con tramos de "regodones" difíciles de superar sin sacar el pie del pedal, y con un segundo tramo de dura pista que se va suavizando a medida que superamos La Campeta en búsqueda del reagrupamiento en el comienzo de la primera bajada: "El Refalfiu".

Tras comer y beber un poco, se ve a los participantes, tanto los locales que sabían lo que esperaba, como los foráneos que ansiaban conocerlo, nerviosos y agolpados a la entrada del camín que da pasu al "Refalfiu". Sillines abajo, indicaciones de Nori que apunta la existencia de alternativa "A" (toda la bajada y posterior subida de los artos íntegra) y "B" (solo parte de la bajada y menos subida posterior) y comienza el plato fuerte del día.

Inicios de camín anchu para coger confianza y velocidad, un par de curvas y ante nosotros un interminable castañeu lleno de desniveles, zetas, raices e incluso algún salto. Abajo todo el mundo quería repetir.Significativo, cuanto menos.

Los llangreanos liberamos adrenalina como los que más:

El itinerario no podía haber sido escogido con más psicología. Aún con la sonrisa en la cara y el "calentón" en la mente iniciamos la subida más temida del día y una de las más duras de la kuenka: La Mina Los Artos. Pedaladas y pasos se alternan sobre la pista gris y rota durante bastantes minutos hasta que los gritos, ya cercanos, nos hacen tomar consciencia de la proximidad del final de la subida, con su "pared", este año profanada por varios participantes.

Con las piernas aún renqueantes, completamos el sube-baja que nos conduce al depósito de La Casilla, último avituallamiento al que se llega tras una descansada bajada pistera rápida.

Un poco de aliento tomado a la sombra, y a afrontar los últimos repechos del día, dónde ya se nota lo lejana que queda la salida, y que hace agradecer más que nunca el inicio de la segunda bajada, de la cual, no se si por la falta de fuerzas, no se poseen demasiados documentos gráficos. Tan sólo apuntar que coincide con la primera bajada de la marcha de 2009.

Piedras y escalones nos acmpañan durante los 3 distintos tramos que nos dejan en las proximidades de La Huerta de nuevo, para volver tras nuestros pasos hacia el Polideportivo dando por concluida la marcha.

Ya teniamos merecida la comida...

Una reparadora ducha y todos de nuevo a Brañella. De la comida y el sorteo, decir que no se cuál de los dos fue más abundante. !Menudo pincheo!

Solamente añadir desde aquí, que la organización fue exquisita en todos los aspectos, haciendonos pasar un día irepetible...pero en una ruta que sin duda repetiremos!