miércoles, 13 de octubre de 2010

Por Peña Mayor

Preciosa ruta por los senderos clásicos de la parte lavianesa de este cordal, con subida y bajada a cual más larga y entretenida.


Aprovechando el día festivo tratamos de juntarnos un buen grupín con intención de pasar una mañana agradable, que meteorológicamente apuntaba a lo contrario.

Nos juntamos en Barredos Jesús y Mariano (Xente les Kuenkes), Rober e Iván (Caleyando pel Nalón) y los llangreanos LuisMa, Juán y Chechu, más un servidor (caleyeru-llangreanu).

Ya durante el cafetín y observando como está el día, sumado a que en los dos días anteriores había llovido lo que no está escrito, decidimos afrontar la primera parte de la subida por la carretera de Tiraña hasta La Zorea en lugar de hacerlo por el embarradísimo Sayeo.


De allí tomamos la pista que sube a la campa los Navalinos, primer escoyo de gran dureza que encontramos en el día. En este punto, un problema en la cadena hace a LuisMa tener que abandonar. Lo mismito me pasó por el verano en un punto similar intentando esta misma ruta.

Con mucho esfuerzo coronamos la campa y con el día ya despejado observamos lo ascendido ya por el valle de Tiraña. En este punto enlazamos con la subida por Sayeo y en subida tendida por camín nos plantamos en La Sartera.


En dirección a la Rebollá alternando hormigón y tierra, no encontramos grandes desniveles, lo que nos permite ir en grupo charrando distendidamente.


Al llegar al fayeu que nos separa de Fresneo tenemos una de cal y otra de arena: el paisaje de semejante bosque de fayes en otoño y el aumento considerable de la pendiente que tenemos que superar.

Una paradina a comer un poco (conociendo los que aún queda por subir), algún retoque mecánico y a seguir ascendiendo, ahora por Campa Freseno en dirección Cayacente

En este punto, digno de almacenar audiovisualmente, Juán obtiene las siguientes imágenes:





Y entre la cada vez más densa niebla, afrontamos la parte más dura del día con la subida por Cayacente hasta la antena, pista de piedra muy rota que se hace interminable.

Y al fin coronamos los más de 1200 m de altitud a los que se encuentra la antena. Ahora cambio de ropa, protecciones y todo pa abajo...

Comienza el descenso por el senderín que va a Funeres. Un "single track" pedregoso y resbaladizo en el día de hoy, que hace una Hazaña el no posar el pie.



Pasado el pozu Funeres, ya casi en la Campa Gües, disfrutamos bajando una campera seguida de un tramo de esos de "buscarse un poco la vida" para poder en lazar con la trialera del día.

Así llegamos al comienzo de la trialera del Ordaliegu. El comienzo pone las cosas claras sobre lo que te espera: Piedra húmeda en bastante desnivel.

Por la parte media, aunque continúa la presencia de mucha piedra, la pérdida de desnivel hace el descenso más llevadero, ayudándote a descansar de cara a un final exigente.


Con el tiempo encima ya, acortamos la bajada que teníamos preparada como guinda final en Los Veneros, pensando ya en sí hacerla cuando repitamos una ruta que merece más compañía y mejor tiempo.

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